Los meses eran eternos para mí, quería ya estar con ellos, en el mismo espacio, cantando con ellos a todo pulmón, como tanto lo había deseado. Mi mejor amiga, Sol, al principio no le habían comprado su entrada pero mas tarde, su madre se animó y le compró a un revendedor, es más, ella también se compró una, entonces ella también entraría al Estadio Nacional, con nosotras. No podía ser mas feliz.
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